Archive for the ‘Bestiario’ Category

nothing of consequence

martes, febrero 8th, 2011

Nothing of Consequence (http://www NULL.nothingofconsequence NULL.org)

¿Nada de importancia (http://www NULL.nothingofconsequence NULL.org/)? Bueno, no exactamente. La historia de Zerah Cormack lleva un par de años rondándome la mente, y claro, ha acabado por juntarse con la historia de tres personajes muy especiales para mí que llevan más de diez años habitando ciertos rincones que beben de lo literario y lo mítico. Cada uno se hace la mitología a su medida y aquí los homenajes son harto evidentes, sobre todo para quien me conozca bien.

Mis dos compinches (Cyrus Highsmith y Joancarles Casasín) le dan brillo al asunto: uno convierte las palabras en otra cosa casi totalmente distinta y muy hermosa, y el otro hace posible que tú (y tú, y tú, y sí, también tú) nos leas… Ahí es nada.

La idea es crear una serie de historias con un arco narrativo común cuya fuerza resida en los propios personajes. Pero de momento dejaos caer y, si os apetece, seguidnos por twitter: La cuenta @nothingofc (http://www NULL.twitter NULL.com/nothingofc) os permitirá estar al corriente de las actualizaciones que haya.

Pronto espero que la página pueda estar disponible en castellano y catalán. Por ahora nos centraremos en recorrer un trecho, a ver a donde nos lleva.

http://www.nothingofconsequence.org (http://www NULL.nothingofconsequence NULL.org)

la bestia según Malory

jueves, julio 8th, 2010

Y allí acudió a él la esposa del rey Lot de Orkney, en manera de embajada, aunque era enviada para que espiase la corte del rey Arturo; y llegó ricamente ataviada, con sus cuatro hijos: Gawain, Gaheris, Agravain y Gareth, con muchos otros caballeros y damas. Y como era muy hermosa dama, el rey concibió gran amor por ella, y deseó yacer con ella. Y acordados ambos, engendró en ella a Mordred, siendo como era su hermana, por parte de la madre, Igraine. Y permaneció ella un mes, y finalmente partió.

Entonces el rey tuvo un sueño maravilloso del que se sintió muy espantado (pero en todo este tiempo el rey Arturo no sabía que la mujer del rey Lot era su hermana). Éste fue el sueño de Arturo:

Imaginó que entraban en esta tierra grifos y serpientes, y que quemaban y mataban a toda la gente; después imaginó que luchaba con ellos, y que le infligían muchísimo daño, y le herían dolorosamente; pero al final los mataba.

Arturo y la Bestia AulladoraCuando el rey despertó, se sintió muy afectado por el sueño; y para apartarlo de su pensamiento, se aprestó con muchos caballeros a salir a montear.

Y estando así sentado, le pareció oír voces de perros, como de unos treinta. Y en eso vio venir hacia él a la más extraña bestia que había visto ni oído nombrar. Se acercó la bestia a la fuente a beber, y el ruido que salía de su vientre era como el gañido de treinta pares de perros; pero todo el tiempo que la bestia estuvo bebiendo no salió estruendo ninguno de su vientre; y seguidamente partió la bestia con gran ruido, de lo que tuvo el rey gran maravilla. Y se quedó ensimismado, y poco después le venció el sueño. Y llegó seguidamente un caballero a pie a donde estaba Arturo, y le dijo:

—Caballero absorto y somnoliento, dime si has visto pasar por aquí una bestia extraña.»

Malory, Thomas, La muerte de Arturo, Libro I, capítulo 19, Ediciones Siruela, 2005 (trad. Francisco Torres Oliver).

santo patrón de la caballería

viernes, abril 23rd, 2010

dragón de arena

Con agradecimiento a todos los trabajadores del libro, damas y caballeros andantes donde los haya.

ese buen caballero

jueves, abril 8th, 2010

Robert Kennedy Duncan

Juzgamos imposible alcanzar el conocimiento absoluto de la constitución última de la materia. La ciencia es como Palamedes [Palomides], ese “buen caballero” de la novela artúrica que perseguía a la bestia llamada Glatissant.  Ésa era su demanda, como tal inalcanzable; no obstante, cumplir con ella era su empeño, y se aplicaba con denuedo a la labor, a pesar de las cuitas y distracciones que pudieran surgirle en el camino. La naturaleza última de la materia es la demanda que persigue la ciencia.

Kennedy Duncan, Robert, Some chemical problems of today. Harper & Brothers, Nueva York, 1911.